DIGNIDAD Y VALOR - Los compañeros de universidad de Lyndon Johnson contaban una anécdota vergonzosa suya. Al parecer Johnson era bravucón y tenía la necesidad de dominar e intimidar a los demás constantemente. No obstante, su biógrafo Robert Caro aclara que cuando alguien se le enfrentaba, resultaba ser un cobarde. En una ocasión, durante una discusión en un partido de póquer, en vez de pelear, Johnson se aventó a la cama y "empezó a patalear frenético ennelnaire...como una niña". Gritó: "¡Si me pegas, te pateo! ¡Si me pegas, te pateo! Más adelante, Johnson también hizo hasta lo imposible por no combatir en la Primera Guerra Mundial y disfrutó la vida en California mientras otros soldados pelearon y murieron fuera del país. Esa fue una de sus mentiras más vergonzosas. No es preciso que ignoremos nuestra seguridad física ni nos impliquemos en actos violentos gratuitos con tal de ser valientes. Sin embargo, nadie respeta a un cobarde, a nadie le cae bien elude su deber, nadie admira a una persona que valora en exceso su comodidad y necesidad. Es la ironía de la cobardía. Aunque su objetivo es protegerse individualmente, crea secretos vergonzosos. La protección individual no vale por todo lo que implica. Se valiente, ten dignidad. (Tomada del libro Estoicismo Cotidiano de Ryan Holiday y Stephen Hanselman, página 379). Sígueme en mis redes sociales en Facebook en facebook.com/librosparacrecerenlavida o en Instagram en instagram.com/libros_para_crecer o en YouTube en youtube.com/hectormibanez o youtube.com/librosparacrecer. Bendiciones!! #hectormibanez #librosparacrecer #estoicismo
