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Su hijo, estudiante secundario y jugador de voley de 17 años, apareció sin vida con signos de violencia el 28 de noviembre en el Parque España de la ciudad de Rosario. Lo encontró un agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. La madre señala anomalías que podrían complicar a uniformados y funcionarios judiciales.

«El papá de Giovani es camerunés, llegó a la Argentina como inmigrante; nos conocimos en Rosario cuando éramos jóvenes en una cabina de teléfono donde yo ayudaba a cobrar y él iba siempre a hablar con su familia; yo tenía 17, casi 18 años; en 2010 nos separamos, pero más allá de eso siempre tuvimos muy buena relación, estuvimos comunicados; Giovani vivió conmigo hasta hace cuatro o cinco años, cuando decidimos que se mudara a Rosario porque le gustaba mucho el vóley y donde resido, acá en Añatuya, un pueblito, no iba a tener futuro».

Elber Giovani Mvogo Eteme era un muchacho amado y con proyectos. A los 17 años, estaba terminando el secundario y practicaba su deporte favorito en el Club Atlético Central Córdoba. Por eso, Vanesa Soledad Palavecino rechazó desde el principio la versión oficial, plasmada con la calificación de «suicidio» en el expediente. Superando dificultades de todo tipo, ella y Desiré, el papá de la víctima, que llegó en 2004 a la Argentina, lograron que la carátula sea modificada por «muerte dudosa» y ahora luchan para se convierta en «homicidio».

«Quería ser profesional, jugar en la Selección Argentina; decidimos que viva en Rosario para tener ese acceso, pensamos que allá iba a encontrar más posibilidad de lograr su sueño y bueno, sucedió lo que sucedió», lamenta la madre; «cursaba la Escuela de Educación Orientada 545 Anexo Puente Gallego», menciona el colegio y el barrio del adolescente, una zona carenciada que se sitúa en el margen suroeste de la ciudad, prácticamente junto al Río Saladillo; «yo soy empleada de comercio; el papá es vendedor ambulante, tiene su puesto en Rosario».