Casi todas las grandes ciudades que levantaron los pueblos de Mesoamérica fueron abandonadas entre los años 700 y 800 d.C. Teotihuacán, la zona maya y luego Monte Albán quedaron en el olvido. A pesar de eso algunos señoríos subsistieron. Entre ellos, unos muy avanzados en el territorio del occidente de Jalisco. Los Tecos procedían del sur y pertenecían a una dinastía antiquísima. Esta comunidad dejó petroglifos, cerámica y figurillas de piedra en toda la región. Era gente brava e inconquistable, de ahí descendía Copatzin, el defensor del reino cerca del arroyo uno de los pueblos más grandes de la costa del occidente de lo que ahora es México, con alrededor de mil doscientas casas y varios miles de habitantes.