Al momento aquel hombre quedó sano (Juan 5,1-3.5-16)
Áudio y Edición: P.Cristovao,svd. Música: La flora y la arcilla: oración de san Ignacio
volvemos al tema del agua en el evangelio y esta vez se trata de una piscina con propiedades que hoy llamaríamos "mágicas" : el enfermo que lograRA acercarse al agua cuando se revuelva, quedaba curado. Método que es absurdo en realidad, porque implica sanar siempre al que está menos enfermo, que es el que seguramente tiene más fuerzas para imponerse sobre los otros y llegar al "momento mágico" en que se le va a dar la salud.
Esa piscina se parece al sistema financiero capitalista que ayuda más al que menos necesita. Como dijo un chistoso: "para que den un préstamo en un banco, debes demostrar que no lo necesitas".
El método de Jesús es diferente. Sus ojos están particularmente atentos a ese que siempre queda relegado, ese que siempre ha sido pospuesto, ese que nunca le interesó a nadie. Jesús hace lo que se esperaba de esa "magia", pero no por magia sino por la fuerza de su Palabra y de una vida en unión con Dios.
En efecto, le advierte al paralítico curado: "no peques más, no sea que te suceda algo peor". Como en otros pasajes, Jesús recuerda discretamente al enfermo físico de la enfermedad espiritual que también padece, y así muestra que no es un "mago" repartiendo favores, sino el Hijo de Dios, consolando, perdonando y redimiendo a su Pueblo.