Audio y edición: Pe.Cristovao, svd
Música: Te Alabo En Verdad (Cover de Martín Valverde) - Verónica Sanfilippo Jonatan Narváez
Jn 6,16-21: Jesús camina sobre el agua
Al prodigio de la multiplicación de los panes se une el prodigio del caminar de Jesús sobre las aguas. El hecho de que los dos prodigios estén juntos tiene un significado especial. Porque si repasamos el Antiguo Tes- tamento, podemos ver que la obra prodigiosa de Yavé, cuando liberó a su pueblo de la opresión egipcia, se resume en dos portentos: el "poder de Yavé sobre las aguas", que se manifestó cuando hizo pasar a su pueblo por el Mar Rojo, y el regalo del maná con el que alimentó a su pueblo a lo largo del desierto. Así lo vemos en Éx 12, 12; Sal 77, 20; 78, 24; 107, 4-
5.23.25.27-30, etc.
Por otra parte, al finalizar estas narraciones (6, 20), Jesús se presenta diciendo "Yo soy", lo que nos recuerda el nombre divino con el cual Yavé se presentaba y manifestaba su majestad.
De este modo, el evangelio nos dice que así como Yavé manifestó su presencia poderosa en medio de su pueblo, así también Jesús manifestó su poder dominando el mar y alimentando a su pueblo. Jesús no es sólo el gran profeta anunciado (6, 14), el nuevo Moisés, sino Dios mismo en me- dio de su pueblo, alimentándolo y manifestándose poderoso.
Cuando los discípulos estaban navegando, preocupados por la agita- ción del mar, no supieron descubrir la presencia de Jesús que se acercaba a ellos, dominante sobre las aguas, y al miedo por la tormenta se unió el miedo a Jesús.
También a nosotros puede sucedemos que, teniendo a Jesús cerca de nosotros para liberarnos, nos dejamos llevar por el miedo a su presencia, a su poder; y preferimos seguir en nuestra vida miserable y enferma en lugar de darle a él las riendas de nuestra vida para ser liberados y salvados, para recuperar la calma.