La Fe no podría ser Fe sino se practica en libertad. A esto le llamamos el libre albedrío, es decir la capacidad de elegir lo que deseamos y actuar consecuentemente según nuestras convicciones. Si Dios hubiera deseado que todos obedezcan por la fuerza, entonces, hubiera hecho robots programados y no seres humanos. Lo más importante de la Fe es que uno elige creer sin ver, uno elige a Dios, aunque no lo vemos con todos nuestros sentidos.
Al principio las cosas que a Dios le agradan pueden parecernos un tanto extrañas e imposible de que nos lleguen a agradar pero el Espíritu Santo en nosotros nos hace madurar, si se lo permitimos.
Abraza la libertad, porque Fe en Dios es libertad verdadera. Se libre de prejuicios, de religiosidad vacía, de el qué dirán los demás porque al fin y al cabo en nuestra vida espiritual hay que agradarle solamente a Dios. También permite al Espíritu Santo de Dios que obre en ti, creyendo que únicamente Él puede hacer una gran obra y nadie más.
La mejor versión de uno mismo se alcanza permitiendo al Espíritu Santo de Dios completar una obra en nosotros que solamente la hace Él. Me refiero a la Activación del FRUTO del Espíritu.
22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. 24 Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos. 25 Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. Gálatas 5: 22-25 NVI
¡¡¡Elige voluntariamente y conscientemente dejar obrar al Espíritu Santo en ti, rechaza otras ofertas!!! Él te transformará de tal forma que serás la mejor versión posible de ti mismo.
