Hoy veremos la última de las manifestaciones del Fruto del Espíritu que menciona el apóstol Pablo en Gálatas: el dominio propio.
Uno de los regalos más grandes que el Espíritu Santo nos da cuando se manifiesta su fruto en nosotros es el del dominio propio, lo que se traduce directamente en autodisciplina para concretar proyectos, también en el dominio de nuestra carne para mantenernos en santidad o con la capacidad de ejecutar planes que tienen que ver con esos sueños que Dios puso en nuestro corazón.
Todo aquello que anheles se puede construir en procesos de trabajo que pueden llevar meses o años. Lo importante es que tengas la autodisciplina para sostenerte en el tiempo y puedas ver proyecto realizado tras proyecto realizado.
Declaramos que por el poder del Espíritu Santo desde hoy lograremos tener dominio en cada área de nuestras vidas y eso nos permitirá crecer, ir de Gloria en Gloria , alcanzar cada sueño y proyecto de nuestra vida.
