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La cría de caballos de Polo en Argentina es una actividad muy importante y costosa ya que se invierte muchísimo dinero y tiempo. Los criadores analizan la historia de cada espécimen, los premios ganados, la destreza demostrada en el juego y estudian su linaje de sangre detalladamente para cruzar campeones. Si bien gastan fortunas en esta operación, saben perfectamente que la recuperarán con las nuevas crías.

Los caballos de carrera no son la excepción, según publicó el sitio británico The Sun, Galileo fue un caballo extraordinario que dominó la pista a principios de siglo XX y cuyo costo asciende a USD 200 millones.

Sus dueños no lo vendían porque los grandes criaderos necesitan contar con su descendencia (para que visite a una de sus yeguas pueden pagar USD 800 mil, una cifra pequeña sabiendo que meses después llegará un hijo suyo).

Vale aclarar que desde el año pasado el caballo se convirtió en la fuente más prolífica de ganadores de alto nivel en la historia de las carreras, contaba con 85 descendientes campeones del Grupo 1 (máxima categoría), superando por uno el récord anterior. En total tiene alrededor de 200 crías y es bisabuelo de algunos competidores.

En otras palabras, los criadores invierten lo que sea necesario en la sangre y el linaje del animal para asegurar descendientes purasangre. Cuando nace un potrillo, producto de esas inversiones, posiblemente sus rasgos de campeón no se diferencian con respecto a otros potrillos de campo. Aquel que desconoce del tema puede preguntarse: ¿por qué gastaron tanto en realizar esta cruza, si al nacer apenas puede sostenerse en pie? Sin embargo, los criadores saben perfectamente que en ese potrillo hay un campeón y sus descendientes también lo serán, son caballos purasangre.

Así como la sangre y el buen linaje en los caballos de carrera los determina a ser campeones, así también actúa el ADN espiritual de Cristo en nuestras vidas.

Dios ha invertido mucho en sus hijos, pagó un alto costo para que naciéramos de  nuevo por el Espíritu Santo y seamos más que vencedores. Quizás muchos desinformados puedan vernos igual que todos los hombres, pero no es así, nuestro ADN espiritual actúa en nosotros para llevarnos a la victoria y convertirnos en linaje escogido, nuestros hijos y sus sucesores también tendrán ADN de vencedores.

Hoy hablaremos sobre la familia y las bendiciones que Dios nos ha regalado.

¡¡Te Invitamos a escuchar el mensaje completo, Dios te Bendiga!!

Pastores Juan Manuel y Nerina Curbelo.