Recuerdo que en una oportunidad bajé de mi vehículo para entrar en un negocio y comprar lo que necesitaba. En el momento de pagar no encontré la billetera y creí haberla dejado en el auto, regresé por ella y tampoco estaba allí. Llegué a casa para buscarla, cuando finalmente pensé en chequear la campera que llevaba puesta por si acaso estaba allí. Para mi sorpresa, descubrí que siempre estuvo conmigo, sólo que yo no me había dado cuenta porque estaba en un bolsillo interior. Seguramente no soy el único al que le sucedió esto alguna vez.
Del mismo modo sucede cuando tenemos algo en nuestras manos que es de mucha utilidad y podría simplificarnos la vida, pero no lo encontramos a tiempo o simplemente no sabemos cómo utilizarlo. Debes saber que Dios ha puesto una fuente de bendición en ti desde el momento en que entregaste tu corazón a Jesús. Saber utilizar esa fuente es lo que hará la diferencia en tu vida. A veces buscamos afuera la solución para nuestros problemas, sin advertir que Jesús anunció que el Espíritu Santo en nuestras vidas es una fuente de bendición de la cual brota un manantial de vida eterna, el cual es poder a nuestro favor y al de los demás.
Pastores Juan Manuel y Nerina Curbelo.