La Biblia relata que, desde el comienzo de la humanidad, el hombre lucha constantemente con un sentimiento de rivalidad llamado envidia. El libro de Génesis cuenta que la razón por la cual Caín asesinó a Abel fue precisamente por envidia.
El estar rodeado de personas envidiosas no es agradable, ya que debemos lidiar con sentimientos de tristeza y pesar que esas personas sienten por no poseer aquello que está en nuestras manos o que simplemente forma parte de nuestra personalidad. Las malas actitudes, comentarios difamatorios y agresivos, ofensas infundadas, palabras de desaliento y desánimo intentarán frenar nuestro crecimiento y desviarnos del camino que Dios ha preparado para cada uno de sus hijos.
El Señor promete que para los que aman a Dios todas las cosas ayudan para bien. Ten presente la historia de José, el hijo de Jacob: envidiado por sus hermanos a tal punto que decidieron venderlo como esclavo. Sin embargo, Dios utilizó esta mala experiencia para convertirlo en gobernador de Egipto. De la misma manera, si te mantienes con fe, creyendo y confiando en que Dios pelea por ti, la envidia que te tengan tarde o temprano terminará siendo usada por Dios a tu favor. ¿Lo puedes creer?
Te invitamos a escuchar el mensaje completo. ¡¡¡¡Dios te Bendiga!!!!
Pastores Juan Manuel & Nerina Curbelo.
