La historia comienza en unos de los viajes de Eliseo con su siervo Guiezi, en la región de Sunem.
Es ahí en donde este hombre de Dios conoce a la Sunamita y su marido, quienes de buen
corazón hospedaron y aportaron para el ministerio de Eliseo mucho tiempo. Eliseo un día declaró
una palabra de fertilidad sobra la sunamita, quien no podía tener hijos hasta ese entonces y al
año siguiente ella concibió su único hijo varón. Por esas cosas que le pueden suceder a
cualquiera, el niño se enferma de muerte y todo lo que ese matrimonio amaba se desboronó
aquel día. La mujer corrió hasta donde estaba Eliseo, el profeta, quien clamó por un milagro y el
niño resucitó. Toda esta historia está en 2 Reyes 8:1 en adelante.
El tiempo pasó, el esposo de la mujer falleció y los cielos se cerraron por causa del pecado en
aquel país. Te invito a escuchar todo el mensaje ! Dios va a bendecir tu vida. Pastor Juan Manuel Curbelo