Hemos aprendido que estar alegres es una decisión, somos nosotros quienes determinamos que el gozo y la alegría permanezcan en nuestro corazón a pesar de las circunstancias que debamos atravesar.
La alegría que proviene de Dios es sobrenatural ya que es dada por el Espíritu Santo. El apóstol Pablo nos enseña a estar alegres siempre, insiste en que debemos mantener el gozo cada instante de la vida, no sólo por momentos o cuando asistimos a la Iglesia o participamos de alguna reunión especial.
A lo largo de nuestro ministerio hemos visto cómo muchos hermanos intentan retener el gozo y la alegría del Espíritu, sin embargo, por distintas razones terminan perdiéndolo. Ya que somos Iglesia en Cristo, es necesario que aprendamos a mantener esa alegría en todo momento sin perderla.
Jesús lo explicó diciendo:” un odre viejo no puede retener el vino nuevo”, es decir que todo aquello que es parte de nuestra vieja vida nos hará perder el vino nuevo, símbolo del Espíritu Santo trayendo alegría.
La presencia de Dios nos renueva, por lo tanto, necesita un odre que resista este gozo sobrenatural. Para ello es importante que examinemos nuestro corazón para detectar todos los sentimientos y emociones que debemos cambiar, sacar lo viejo para que llegue lo nuevo.
Si en nuestra vida aún permanece la falta de perdón, envidia, autocompasión, furia, amargura, violencia, tristeza, rencor, queja y enojo constante; aún somos un odre viejo incapaz de recibir el vino nuevo de Dios. Podemos tener un momento en donde uno de estos sentimientos nos invade, pero no pueden permanecer.
Es importante liberarnos y cortar con el pasado para ser el odre nuevo que Dios quiere y necesita.
Te Invitamos a escuchar el mensaje completo, Dios te Bendiga!!
Pastores Juan Manuel y Nerina Curbelo.
