¡Cuántas expectativas teníamos cuando el 2020 se aproximaba! En alguna parte de nuestro corazón este año era especialmente esperanzador, inconscientemente creímos que era un año de grandes oportunidades y metas cumplidas. Sin embargo la pandemia aquietó al mundo entero y la esperanza fue la principal protagonista de un año que está despidiéndose.
Indudablemente los cambios personales, familiares, laborales que quisimos este año y no logramos, se convierten en los nuevos desafíos para conquistar en 2021. ¿Seguimos esperando?
Hoy vamos a hablar del poder sobrenatural de aguardar con esperanza. Los frutos del Espíritu Santo deben manifestarse en nuestra vida, especialmente la paciencia y la fe. Cuando combinamos ambas tenemos la certeza de que veremos milagros increíbles en nuestra vida, aun cuando deba pasar mucho tiempo para que suceda.
La paciencia es trabajada siempre, ya sea por nosotros o por las circunstancias, en este proceso Dios invierte su tiempo para transformarnos. Es nuestra actitud la que hará más liviano este trabajo a largo plazo que Nuestro Padre comenzó para bendecirnos.
En muchas ocasiones necesitaremos de un catalizador para sostener nuestra Fe en el tiempo mientras la obra del Señor se perfecciona en sus Hijos. Los frutos del Espíritu actúan como ese catalizador o fuerza que acelera nuestra Fe, en este caso la paciencia nos permitirá esperar en Dios con plena certeza de que sólo Él está en control de todo y cumplirá sus promesas.
¡¡Te Invitamos a escuchar el mensaje completo, Dios te Bendiga!!
Pastores Juan Manuel y Nerina Curbelo.