Durante los primeros años de la década de 1970 se comenzó una campaña internacional para la configuración del Museo de la Solidaridad. Por ello, comenzaron a llegar a Chile piezas artísticas desde varios países. Tras el Golpe de Estado de 1973 algunas de las piezas donadas al Estado de Chile aún no habían llegado a su destino y fueron trasladadas al Museo Nacional de Bellas Artes, donde fueron inscritas como parte de sus colecciones.