El espejo puede ser nuestro mejor cómplice, aquel que nos permite presentarnos de la mejor manera al resto del mundo, pero en ocasiones puede convertirse en nuestro peor enemigo mostrándonos una realidad que bajo nuestra perspectiva no cumple con los estándares a los que quisiéramos llegar. Esta plática entre amigas es una llamada de atención para reconocernos como seres valiosos, para amarnos a partir de quienes somos sin importar si cumplimos o no con los estándares de belleza establecidos por alguien más.