Dejemos de darles a las personas el poder sobre nuestra felicidad, no les corresponde, pero sobre todo no es su responsabilidad y no está dentro de sus capacidades. Asumamos el rol principal en esta obra llamada vida, vivamos al máximo sin esperar nada de los demás, cada quien actúa o debería de actuar conforme a sus propias necesidades, cada uno de nosotros es responsable de sanar nuestras heridas y trabajar sobre nuestra carencias. Dejemos de esperar de los demás, mejor asumamos nuestra responsabilidad.