Promesas de Dios.
Caminar, por grandes bonanzas
En muchos casos, y en los mejores momentos de nuestras vidas, vemos como el viento que sopla en el mar de nuestra existencia lleva la barca de nuestra vida viento en popa y a toda vela, vemos como todo es felicidad porque la vida nos sonríe; pero, de momento y sin saber porque, todo cambia sin darnos cuenta que fue lo que paso con el maravilloso viento que nos lleva por aguas de mar donde se hace existía gran bonanzas, que en nuestro idioma “es tiempo tranquilo y sereno en el mar o prosperidad económica” pero en Antiguo suena como tranquilidad que al venir de Las Escrituras suena como SI La Paz de Dios fluyese en nosotros; pero de momento, el viento cambia y sopla fuerte como tormenta contraria a nosotros, que nos frisa o para nuestro andar, pensando por momento que nos sentimos como si nos destruyera o hundiese la barca que con tanto trabajo construimos: en ese momento, nuestro carácter cambia, nuestro sistema lo único que hace es preguntarnos enloquecido ¿Qué ha pasado? y nosotros sin respuesta, nos sentamos a esperar que caiga del cielo la respuesta que queremos escuchar, y que pudiese cambiar de nuevo el viento que favorecería otra vez nuestro tranquilo andar por la vida.
Si dudas Dios, siempre nos dará repuesta inclusive a través de nuestro andar terrenal, a veces visitamos muy seguido algún restaurant en el cual ya vamos directo al plato que nos gusta; pero, cuando nos llega el plato favorito notamos que el sabor no es el mismo, y lo primero que preguntamos ¿cambiaron el cocinero? Nos responden ¡sí! Lo cambio el administrador, y eso sucede por cualquier motivo, pero existen opciones, nos acostumbramos al plato del nuevo cocinero o nos levantamos y nos vamos: ten presente, que la barca es nuestra vida, y somos nosotros los administradores de ella y tenemos al igual que el administrador del restaurante, poder para cambiar el curso del negocio. Esa es nuestra responsabilidad, el tener como timonel de nuestra barca al que siempre nos lleve por aguas tranquilas. Recuerda, solamente existen dos timoneles el que nos lleva por aguas tranquilas y viento agradable a la vida, o el que nos saca de ella y nos lleva a las turbulentas aguas de la desesperación “nosotros, somos los únicos responsables de nuestra barca” escoge el timonel que mejor responda a tus intereses y los de tu contorno.
Dios, te siga bendiciendo grande y ricamente