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Promesas de Dios.

Buscas, la nueva manera de amar.

Son muy poco, los que logran encontrar en su primer amor, el privilegio de poder terminar sus vidas juntos, reconociendo que esto implica unir sus vidas para que ambos se conviertan en conyugue eternos; otra variante seria, quien después uno varios o muchos intentos logran encontrar ese nuevo amor y pueden llegar unidos hasta el final de su vida. Creo, que en ambos casos el privilegio radica en llegar unidos al final como conyugue eternos: ahora bien, NO son todos los que podrían tener el Supremo Privilegio, de poder encontrar ese nuevo amor que complemente sus vidas sin ira ni contienda, y sin necesidad de soltar el ya existente y que los ayude en todo hasta el final de sus vidas. y lo más importante, que ese complemento nos haga sentir que hasta después de la muerte sepan que están juntos eternamente, y eso radica en una sola pregunta ¿hemos dejado realmente que Dios nos amara, como realmente Él sabe amar?

La definición de amor, de 1Co13:4-8 tiene un solo exportador y un solo destinatario, ¿podremos grabar en nuestra mente  y corazón ese legado perpetuo y eterno que nos deja La Palabra para poderla dejar como legado a nuestra descendencia igual que como Jesús quiere hacerlo con todos nosotros?

13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;  13:6 no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad.  13:7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 13:8 El amor nunca deja de ser; ahora bien, sitúa en tu mente y corazón esta definición, como que Dios nos está diciendo la manera que Él tiene de amarnos como Él ama al Padre. Recuerda que La Palabra nos dice que nunca van a poner en nuestros hombros carga que no seamos capaces de llevar: entonces, si Jesús lo hizo, fue porque Él supo tomar para su vida El Amor del Padre y tratar pasárnosla a cada uno de nosotros con un doble Propósito para que amaramos a Dios por sobre todas las cosas y para que al mismo tiempo y con ese mismo amor con el que amamos a Dios amaramos al prójimo. Dios te siga bendiciendo grande y ricamente.