El Doble Lenguaje Bíblico ¡Y la Ley de los Opuestos! Por Milton Alonso Granados.
Las Dos Serpientes.
La Serpiente que mata, ¡Y la serpiente que da vida!
En la escritura bíblica, la serpiente tiene varios significados y simbolismos. Uno de los más conocidos, es el relato en que la serpiente seduce o persuade a Eva, para que esta participe de una conciencia que le llevaría a conocer tanto el bien, como el mal (Génesis 3:22; 2 Corintios 11:3).
A partir de este encuentro con la serpiente, dos descendencias o parentescos se gestarían a través de Eva, siendo uno de ellos la descendencia de la serpiente.
De ahí la frase bíblica utilizada por Jesús en contra de la hipocresía de los escribas y fariseos cuando preguntaron si era debido apedrear a la mujer adúltera. Esta pregunta desencadena un diálogo en el que Jesús les dice: “vosotros sois de vuestro padre el diablo” (Juan 8:3-5,44).
El apóstol Juan, defendiendo la justicia y el amor, también utiliza esta frase diciendo, “en esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo” (1 Juan 3:10).
Juan también afirma: “Ahora somos hijos de Dios,” lo que implica que en la teología bíblica la naturaleza del hombre cambia, pues, ¡antes no lo éramos, pero ahora sí! (1 Juan 3:2).
Jesús afirma que el ser considerado hijo de Dios no es el resultado de carne y sangre, sino un acto de Dios (Juan 1:13; Mateo 3:9).
Regresando al texto en que se nos habla de la serpiente y los hijos que vendrían de ella, entendemos que esto no tiene que ver con un encuentro carnal, sino espiritual.
Según el libro del Génesis, Jehová Dios buscó ayuda idónea para Adán de entre los animales del huerto, y no la encontró. De manera que la única pareja apta para procrear hijos naturales queda reducida al hombre y la mujer (Génesis 2:20,21).
Por lo que, Caín, el niño de la simiente del mal que nacería de la mujer – al igual que la manifestación de Cristo en Jesús— tendría que ser producto de una transferencia genética o nacimiento espiritual, y no un acto carnal.
Según la primera carta de Juan, capítulo tres, verso doce, el motivo por el que Caín mató a Abel fue porque este actuó conforme a la naturaleza del mal que había en él.
La doble naturaleza en el hombre representada en los dos hijos de Eva y su capacidad para elegir queda expuesta con claridad cuando Caín decide matar a su medio hermano Abel...
Basado en el libro: El Doble Lenguaje Bíblico ¡Y la Ley de los Opuestos! Por Milton Alonso Granados.