Desde las cálidas palabras de ánimo de 2:1-10y el elevado mensaje de 2:11-13, nos encontramos de repente volviendo al mundo de la iglesia de Éfeso con sus falsos maestros. No hay discontinuidad, pues el versículo 14 se refiere a lo que acababa de decir con la exhortación “no dejes de recordarle estas cosas”. Pero el recordatorio que hace Timoteo debe ir acompañado de una advertencia, algo tan serio que se hace “delante de Dios”.
Así Pablo coloca a estas dos clases de maestros en contraste y ofrece un ejemplo de cada uno.