"Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios”. (Efesios 2:8)
La suposición general de las personas es que Dios salva a las buenas personas. Por eso debemos ser buenos, moralmente intachables, honestos. Pero pensemos: ¿cuán bueno, es suficientemente bueno? Y no es una pregunta menor, si de verdad está en juego nuestro destino eterno.
Pablo dijo en Efesios 2:8: "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios”. Es tan fácil como decir que no aportamos nada, absolutamente nada a nuestra salvación. No hay Nada que aportar. La salvación del alma no se gana... es un regalo. Nuestro mérito en la vida, si es que lo tenemos, no significa nada. La obra de Dios lo hace todo.
El mensaje de Pablo en Gálatas 3:13 es este: “Cristo nos redimió de esa vida maldita y autodestructiva al absorberla completamente en sí mismo”. En palabras simples; debemos decir no a las reglas y listas, no a la esclavitud de la meritocracia.
¿Entendemos realmente lo que esto significa? Si no lo sabemos somos la causa de nuestra fatiga. Necesitamos urgentemente confiar en la gracia de Dios.
UN MINUTO DE GRACIA, cada martes y viernes, a las 9 de la mañana publicamos un nuevo devocional, un pequeño respiro entre los trajines de la vida.