En muchas ocasiones y esto producto de la falta de sabiduría, corremos el riesgo de considerarnos indispensables en lo que hacemos no solo en la obra del Señor si no encada aspecto de nuestra vida, asumiendo que, si no somos protagonista de todo y en todo nada saldrá bien; Salmos 126:5-6 “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá
andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”.