En conclusión, una burbuja inmobiliaria se crea cuando la demanda de vivienda supera la oferta disponible. Esto puede ser causado por una serie de factores, incluido el crecimiento de la población, las bajas tasas de interés y la facilidad de crédito. Cuando estalla la burbuja, los precios caen y los propietarios se quedan con hipotecas bajo el agua. Es importante ser consciente de estos riesgos al comprar o vender una casa.