La música clásica polaca experimentó una suerte de resurrección después de la Segunda Guerra Mundial. A la cabeza de ésta estaba Henryk Górecki.
Éste compositor, siguió en principio las corrientes vanguardistas de Europa Occidental, pero su estilo decantó en lo que se ha descrito como un “minimalismo sacro”.
Dicho minimalismo se percibe claramente en su tercera sinfonía, estrenada en abril de 1977 que ha vendido más de un millón de discos, rara hazaña para una obra clásica.
La sinfonía es una obra de lo más inusual, parece que el compositor nos pidiera mirar la tragedia de la guerra fijamente a los ojos. En cada movimiento una soprano canta un texto en polaco: el primero es un lamento de María, del siglo XV; el segundo contiene una plegaria que una chica de 18 años dejó escrita en la pared de una cárcel de la Gestapo en 1944; y el tercero es una canción popular de Silesia en la que una madre busca a su hijo muerto, a manos de los alemanes.
Recordando que un día como hoy en 2010 falleció Henryk Górecki, escucharemos un fragmento del tercer movimiento de su tercera sinfonía en la voz de la soprano Dawn Upshaw, de manos de la London Sinfonietta dirigida por David Zinman