Cuando la vida te reta te invita a hacerte más fuerte. Te invita a ser valiente, a atreverte, a crecer. La vida nunca te retará sin antes darte las herramientas (o ponerlas en tu camino) para que vayas a la batalla y finalmente te alces con la victoria. Y ahí verás que cada lágrima derramada y el dolor experimentado, fueron necesarios para tu éxito, porque sin ellos no valorarías el éxito alcanzado. Confía.