Las prisiones o centros de readaptación a la sociedad normalmente han sido vistos como uno de los castigos más fuertes que se le puede aplicar a un ser humano, pues se le priva de toda libertad. Además de todos los castigos a los que los someten tanto los custodios como los reos, el infierno en vida le llaman muchos. ¿Pero qué tan mal debe de estar el mundo en el que viven como para desear regresar a prisión una y otra vez?