Ahora sabíamos que entre nuestros antepasados había: argentinos, españoles, italianos, indígenas, un turco y un suizo.
Una mezcla increíble.
Fue muy placentero percatarme de que todo ello era fruto de mi esfuerzo, mi constancia e interés por descubrir mis raíces.
Muchas veces miraba el árbol y muchas más fantaseaba sobre como habría sido la vida de mis desconocidos antepasados, de aquellos que, de algún modo, también eran mis padres.