Hoy te traigo una reflexión budista, que me encanta acerca de nuestro lado oscuro.
Algunas personas lo llaman lado oscuro, mientras otras la llaman sombra.
Se trata de aquellas partes en nuestro interior que a veces no queremos ver.
Son aquellas partes que no queremos aceptar, ya sea porque nos da vergüenza, tristeza o porque nos hace sentir insuficientes.
No es fácil encontrarse cara a cara con esos sentimientos, pensamientos y sensaciones tan incómodas, por eso, la mayoría de las personas luego se refugian, en el ruido, para escapar.
Refugios tales como las redes sociales, series, salidas los fines de semana y todo aquello que sirva para no pensar y desconectarse de nuestro ser.
Pero hacer esto es, como cubrir un pozo con una alfombra, para que no se vea.
El problema es que aunque no se vea el pozo, de todos modos el pozo sigue allí.
La inquietud sigue allí, el descontento, el miedo por el futuro o el dolor por el pasado.
Te invito a seguir este episodio para descubrir cómo elevarnos por encima de todo aquello que no queremos ver para reconciliarnos con el pasado, con nuestro presente, con la persona que somos hoy y encontrar la quietud y la paz.