No hace tantos años, todo aquel que hacía deporte, lo hacía en plan Rocky. Se ponía la ropa más cómoda que tenía, salía corriendo de casa y terminaba haciendo los ejercicios que le habían enseñado o visto en televisión.
¿Y qué tenía de malo?
Quizás, la intensidad que llevaba no era la correcta, la técnica posiblemente tampoco, los ejercicios no estaban bien ejecutados, pero la esencia del hábito saludable de hacer deporte, ¿no era correcta? Era muy correcta.
Hay deporte para tod@sA día de hoy, sigo insistiendo que tenemos tal exceso de información, que nos bloquea el cerebro y nos paraliza el cuerpo de tal forma, que al final no hacemos nada.
Es una maravilla, ver la cantidad de ofertas para hacer deporte que nos presentan en la publicidad de los centros deportivos privados o de las actividades municipales,
Pero ahora, mi pregunta es ¿Cuál es el deporte que más me conviene? Me han dicho que si hago este, solo trabajo cardio o que si hago el otro es muy cañero. Al final uno por otro, la casa sin barrer, ya que me produce una indecisión, que no voy a ninguna parte.
Cuando al ser humano, le creas inseguridad, opta por su zona de confort y por tanto la zona de confort de una persona que no hace nada, es esa, “no hacer nada”.
Empieza por lo mas elemental y cuando ya lleves un tiempo en que hayas encontrado el gusto por el deporte, puedes optar por decidir si hago gap, step, pilates o lo que creas que más te conviene.
Toma nota de los ejercicios que te ofrecen. Reflexiona, analiza y decide qué actividad vas a hacer de las que has visto en el panfleto publicitario de un centro deportivo.
Ir a un lugar donde dirigen mis entrenamientos esta muy bien, pero todo el mundo no puede optar por esta opción.
Ahora pongámonos en la situación de que no disponemos de ningún material e instalación para realizar la actividad.
¿Qué hago ahora? No puedo hacer nada.
SI PUEDES, y te lo voy a demostrar.