Son ya más de 40 años a mis espaldas practicando atletismo y dando consejos de como empezar a correr, a todo el que me lo pide. Lo que más feliz me hace de las personas que entreno, es ver cómo están progresando con esas pequeñas puntualizaciones que les doy. Pero por mucho que me empeño, no consigo que la gente me haga caso al 100%. No es que me sepa mal, porque reconozco que todos metemos la pata en la vida, lo cual nos sirve de aprendizaje. Pero cuando sabes que la persona que te esta intentando ayudar, lleva toda una vida de ventaja, ¿porque no nos dejamos en sus manos con toda confianza?