Una de las grandes luchas que ves diariamente en la sociedad, es la batalla por adelgazar. Me entristece mucho ver como hay personas que les preocupa tanto su peso y no consiguen tener ese equilibrio en su alimentación y en su actividad física que les ayude a conseguir reducirlo.
Desde mi humilde opinión, el problema empieza en el lugar donde naces. Si naces en España, que es lo más lógico si me estás leyendo, es muy difícil que te falte de comer (con esto no quiero decir que no haya gente sin recursos económicos que les cueste obtener comida). Además no es por nada, pero te van a ofrecer constantemente todo aquello que no te conviene en absoluto. La conclusión es que o eres muy fuerte de mente o estás perdido.
No obstante, te animo a que no dobles rodilla y a que si te caes mil veces, mil veces te levantes. Si estás en constante aprendizaje de cómo afecta lo que entra por tu boca en tu organismo, te será más fácil decir NO a algunos alimentos.
No quiero hacerte sentir culpable del problema, porque no es cuestión de buscar culpables, sino soluciones.
Voy a intentar desglosar un aspecto que nos pueda ayudar a aclararte las ideas de cómo influye la comida en tu cuerpo.