Cuenta la tradición que Felipe era muy travieso cuando era niño, por lo que sus padres lo tenían bajo la supervisión constante de una nana. En el huerto de la casa había una higuera marchita. En una ocasión, cuando el niño sacó de quicio a su cuidadora, esta exclamó de forma sarcástica: “¿Felipillo santo? Sí, cuando la higuera reverdezca”. De acuerdo a varios testimonios recogidos que apuntan al día de la muerte de Felipe, esta higuera ubicada en su casa paterna reverdeció.También puede seguir nuestras transmisiones por #facebooklive y ahora en RADIO a través de https://www.misionerosdeguadalupe.org#oremosjuntos#misioneros#fé#religion#papa#tender#religion#católicos