ABSOLUCIÓN A NUESTROS DELITOS.
Al ser hallados culpables de algún delito, seguramente buscaríamos la manera de como librarnos de las consecuencias de ese delito, pues si no encontramos la absolución antes de que se dicte el veredicto, seriamos condenados a recibir el castigo por cometer esa infracción. Aunque no nos guste admitir, y por más que no queramos aceptarlo, en la presencia de Dios, todos nosotros hemos sido hallados culpables por haber quebrantados sus leyes y mandamientos, por eso necesitamos la absolución a nuestra culpabilidad para no ser condenados a la eternidad en el lago de fuego. Si sabemos que somos culpables de este delito ante Dios: ¿Porque no buscamos diligentemente la absolución Divina a nuestro delito contra Dios, como si lo hacemos ante nuestros delitos terrenales? Aunque no parezca, la absolución Divina es más fácil obtenerla que la absolución humana, y la Palabra de Dios así lo afirma: “No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.” Juan 3:18 NTV.
Toda la humanidad está condenada a pasar la eternidad en el lago de fuego junto al maligno, porque todos sin excepción, constantemente cometen delitos contra las leyes y mandamientos dados por el Señor a toda la humanidad. Ante esta realidad, por sí mismo nadie puede encontrar la absolución para no recibir las consecuencias de sus acciones pecaminosas. Por eso, Dios en su amor y misericordia, proveyó a la humanidad la única forma de que puedan ser absueltos de las consecuencias de sus delitos contra Él. Y esta única forma es: Creer y recibir a Su Hijo unigénito como su Señor y Salvador. Toda persona que cree en Cristo Jesús es absuelta de sus delitos contra Dios, y ya no tiene que recibir ninguna condenación por sus acciones pecaminosas, pero los que no creen en Él, seguirán bajo la condenación de sus delitos y recibirán su castigo en el final de los tiempos.
La absolución a nuestros delitos contra las leyes Divinas es más fácil que encontrar la absolución a nuestros delitos terrenales ante los hombres, lo único que debemos hacer es creer de todo corazón en el Unigénito Hijo de Dios. Creer significa que nosotros debemos tener la certeza de que el Señor tiene el poder para perdonar todos nuestros pecados y darnos una nueva vida para poder vivir en conformidad a Su santa voluntad. Si no queremos pasar la eternidad en el lago de fuego junto al maligno y con el resto de los condenados, mostremos un sincero arrepentimiento y confesemos nuestros pecados a Dios, y recibamos en nuestro corazón a su Hijo unigénito Cristo Jesús.