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ANUNCIEMOS LAS BUENAS NOTICIAS DE SALVACIÓN

Sin duda a todos nosotros nos gusta mantener informados a las personas que están a nuestro alrededor. Por eso, cuando nos enteramos de alguna noticia impactante, o una información sobre la vida de una persona reconocida, o simplemente algún rumor de alguna de nuestras amistades, nuestra lengua se impacienta por transmitir a otros esa información. La mayoría de las veces, la información que transmitimos son informaciones banales, que no son de provecho para las personas que las escuchan. Como seguidores de Cristo, la información que transmitimos a otros no deben ser rumores que vuelan a nuestro alrededor, ni tampoco informaciones banales. Lo que transmitimos debe ser una información que cambie la vida de las personas que la escuchan. Justamente el salmista nos alienta a que compartamos la mejor información que existe para este mundo: “Canten al SEÑOR, alaben su nombre; cada día anuncien las buenas noticias de que él salva. Anuncien sus gloriosas obras entre las naciones; cuéntenles a todos las cosas asombrosas que él hace.” Salmos 96:2-3 NTV.

La mejor información que debe ser cantada y anunciada a toda la humanidad, es la noticia de la salvación y la vida eterna en Cristo Jesus. Todos los seguidores de Cristo deben anunciar al mundo entero las gloriosas obras que ha hecho Dios a lo largo de la historia de la humanidad. Anunciar Su poder y majestad, Su amor y misericordia, Su fidelidad, su justicia y perdón de pecados. El mundo debe conocer que Cristo Jesús tiene el poder para liberarles de la condenación, y darles la oportunidad de que tengan una vida eterna a su lado en la morada celestial. La lengua del cristiano debe impacientarse por anunciar esta información relevante a todas las personas que se encuentran a su alrededor, para que encuentren el perdón de sus pecados, la redención y la vida eterna.

A pesar de que a la mayoría de nosotros nos gusta transmitir informaciones o rumores a otras personas, nos quedamos paralizados y guardamos silencio en el momento que tenemos que anunciar las buenas nuevas de salvación de Cristo. Tal como tenemos la fortaleza necesaria para transmitir rumores o noticias banales a otros, armémonos de esa misma fortaleza para anunciar las buenas nuevas de salvación a las personas que se encuentran bajo el dominio de la esclavitud del pecado. Sin ninguna clase de temor, anunciemos al mundo entero: que Jesucristo a través de su muerte y resurrección, nos rescató de la condenación eterna y nos da la posibilidad de vivir eternamente en la presencia de Dios Padre.