LA SOBERANÍA DE DIOS ES PERFECTA
Cuando las cosas marchan bien en nuestras vidas, se nos hace fácil seguir en los caminos del Señor. Se nos hace fácil asistir regularmente a la iglesia para exaltar y glorificar el santo nombre de Dios. Se nos hace fácil entregar nuestros diezmos y ofrendas para que la obra de Dios siga adelante. Se nos hace fácil servir con nuestros dones y talentos en nuestras congregaciones. Pero, ¿qué pasaría si las cosas empiezan a complicarse? ¿Qué pasaría si los problemas y las enfermedades llegasen a nuestras vidas? ¿Será que mantendremos nuestra fidelidad a Dios, lo exaltaremos, seguiremos sirviendo con nuestros dones en la congregación y aportando fielmente para la obra? Preguntas similares a estas son difíciles de contestar, pero posiblemente la mayoría de nosotros no permaneceríamos fieles a Dios, debido a que nuestra fidelidad a Él, depende de cuan bendecidos estemos.
Cuando los problemas, necesidades y enfermedades llegan a nuestra vida, nos afligimos, y fácilmente perdemos nuestra confianza en el Señor, y pronto abandonamos el camino de la salvación y la vida eterna. Algunos hasta tenemos el descaro de reprocharle a Dios por la realidad que estamos viviendo. Esta forma como procedemos en medio de las tribulaciones, no es correcta para los escogidos de Dios. Debemos permanecer fieles a Dios en todo tiempo, más aún en medio de nuestras tribulaciones, tal como permaneció Job, él incluso se negó a reprochar a Dios por las tribulaciones que llegaron a su vida: “Sin embargo, Job contestó: Hablas como una mujer necia. ¿Aceptaremos sólo las cosas buenas que vienen de la mano de Dios y nunca lo malo?. A pesar de todo, Job no dijo nada incorrecto”. Job 2:10. NTV.
Job un hombre que había recibido tantas bendiciones de las manos generosas de Dios, en todo momento había tratado de llevar una vida bondadosa, justa, recta e intachable delante de los hombres. Sobre todo, vivía en el temor de Dios y trataba de complacerlo con su vida. Pero pese a la vida ejemplar que llevaba, a su vida llegó una serie de tragedias. Él perdió a sus hijos, a sus sirvientes, sus ganados y su casa. De la noche a la mañana Job se quedó casi sin nada, incluso perdió su salud. En esos momentos de desdicha, su esposa le aconsejo que reprochara a Dios, pero Job no escuchó las palabras de su esposa, en su lugar le respondió: Que no solo hay que recibir las cosas buenas de las manos de Dios sino también las malas. Con esta sabia respuesta; Job nos enseña a mantener nuestra fidelidad a Dios aún en medio de las aflicciones. Reconocer que la soberanía de Dios es perfecta para cada uno de nosotros. Tener estos pensamientos y aplicarlos en nuestras vidas, no será fácil, pero debemos tratar de hacerlo. Debemos glorificar y exaltar el santo nombre de nuestro amado Señor aún en medio de nuestras aflicciones.