NO EXISTEN CAMINOS RECTOS
Llegar al reino de los cielos, es el anhelo de las personas que creen en su existencia. Con ese anhelo a través de los tiempos, los hombres han forjado diversos caminos para tratar de llegar a la presencia de Dios Padre. Pero pese a las buenas intenciones del hombre para forjar caminos que le lleven a la morada celestial, no los llevarán, porque el hombre en sus fuerzas no los puede crear, en su lugar esas buenas intenciones le pueden conducir directamente a la condenación eterna, lejos de la presencia de Dios. Para que los hombres que realmente anhelan alcanzar el reino de los cielos no caigan en alguno de estos caminos, que parecen rectos para alcanzar la vida eterna, el escritor de los proverbios les hace esta advertencia: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.” Proverbios 14:12 NVI.
En el presente existen un fin de sectas y movimientos religiosos que ofrecen diversos caminos para que los hombres alcancen la salvación y la vida eterna. Algunos caminos planteados por estos grupos religiosos demandan buenas obras, buena conducta, sacrificios corporales o aportes económicos a sus causas, pero ninguno dirige realmente a los hombres al reino de los cielos, en su lugar le dirigen al reino de las tinieblas, lejos de la presencia de Dios Padre. Por estos erróneos conceptos y desconocimiento de las Sagradas Escrituras, hoy en día hay más personas alrededor del mundo yendo al infierno antes que ir a la morada celestial. En contrario a lo que piensan los hombres, no existen diversos caminos para llegar al reino de los cielos, no existen sacrificios que se pueda hacer para merecer estar en la presencia de Dios Padre. Existe un único camino que es recto, y es el camino trazado por Jesucristo por medio de su sacrificio en la cruz del calvario.
Jesús es el único que puede dirigir a las personas a la presencia de Dios Padre, los otros caminos, aunque parezcan rectos solo los conducen a la muerte espiritual y a la condenación eterna en el lago de fuego. Escuchemos atentamente esta advertencia que nos hace el escritor de los proverbios. Por nada del mundo prestemos atención a las personas que nos tratan de mostrar otros caminos para que lleguemos a nuestra morada eterna, ya que, aunque parezcan rectos y nos demanden pocos sacrificios, solo nos llevarán a la muerte eterna. En su lugar, prestemos atención a las personas que nos hablan de Jesucristo y el sacrificio que realizó para que podamos llegar al reino de nuestro amado Padre Celestial. Tengamos siempre en nuestro corazón y en nuestra mente que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida que nos puede liberar de toda condenación y darnos la dicha de vivir eternamente en el reino de los cielos.