Dios promete responder a todas nuestras oraciones, satisfacer todos los deseos de nuestro corazón, mas no dice cómo ni cuándo responderá, porque su camino y su tiempo son mucho mejores y más sabios que los nuestros. A veces El tiene que responder a nuestros deseos superficiales con un no y a nuestros deseos más profundos con un sí.