Hoy nos proponemos entender que nuestro Señor Jesucristo es la luz del mundo; él vino a alumbrar a la humanidad para que ya no esté más en tinieblas; y cuando lo recibimos como nuestro señor y salvador esa luz enciende nuestros corazones; y cuando caminamos en amor y sin sombra de pecado, resplandecemos como luminares en el mundo atrayendo a los perdidos hacia la luz verdadera.