Estos personajes bíblicos nos muestran que todos cometemos errores, pero la fe y el arrepentimiento nos abren la puerta a la esperanza y la restauración. David, Moisés y Pedro nos recuerdan que aunque fallamos, Dios siempre está dispuesto a perdonar y usar nuestras vidas. Rahab nos enseña que la valentía y la fe pueden cambiar nuestro destino. En cada historia hay una oportunidad para aprender a confiar más y a no rendirnos.
