No existe ninguna emoción negativa, todas cumplen una función. En vez de estar luchando contra lo que sientes, aprende a darles la bienvenida. Haz una introspectiva dentro de ti, reconoce lo que te incomoda y desde ese espacio actúa de una manera mucho más asertiva, respetando lo que sientes, siendo honesto contigo y con los demás.