De la nada, sin juego, con uno menos en cancha y uno menos en banca, con el árbitro en contra, con altura (como la Rosalía), con apenas 10 minutos por jugarse, con autogol y un gol maradoniano de Andy Polo en su retorno, lo dimos vuelta. ¡Saca las chelas Pedú!
Haciéndole honor a nuestra historia - y de paso salvándole el pellejo a Gutiérrez - llegamos embalados al clásico, con la obligación de ganarlo si es que pretendemos pelear el apertura. ¡Pase crema! ¡Festejemos! O reneguemos. (?)
¡Y Dale U!
