La luz de Mambisa
La frescura, la alegría y los sentimientos de este grupo musical se contagia en cada nota, cada toque, cada sonrisa y cada letra. Nacieron en 2020 como casi una novelería impulsada por Sissi del Castillo, directora creativa del grupo, que había guardado este proyecto en una gaveta hasta que el Festival internacional de percusión y ritmos handmade del Puerto de la Cruz le ofreció la posibilidad de hacerlo realidad. Se animó y con ella un grupo de músicas magníficas dieron forma a un repertorio atrevido y novedoso para mostrarlo sobre el escenario.
Equipazo
El peso específico de la percusión en su música se hizo notar desde el primer momento porque la formación cuenta con siete percusionistas (Sissi del Castillo, Marta Rosa, Nerea Padilla, Yanira Hernández, Marisela Acosta y Rubi Alemán), además de una pianista (Ana Belén Salas), una bailaora (Estela del Moral), una silbadora (Teresa Padilla) y dos voces solistas (Luisa Machado y Yudith Porto); a ellas se suma el único hombre vinculado al proyecto que es el bajista Alberto Méndez naranjita y que además es el ingeniero de sonido de directo y de estudio.
Personalidad incuestionable
El talento de las integrantes de este colectivo impregna su puesta en escena porque trabajan con ideas claras y mensajes directos. Música de raíz nacida en estas latitudes que no olvidan el pasado bereber que fluye por el aire y aromatiza el ambiente. Van de blanco porque inundan de luz los escenarios y además son transparentes musicalmente y sin complejos. Un compendio de energías que deambulan por los temas musicales, todos de creación propia. Algunos de ellos recuperados y reinterpretados de anteriores trabajos y creaciones como es el caso de los que se proponen con los poemas de Luisa Machado y algunas nuevas creaciones con la poesía de Marisela Acosta. Fusiones divertidas y emotivas cargadas de vitalidad musical y con una propuesta rítmica desconocida en este formato hasta el momento.
Puro ritmo
Se llaman Mambisa, haciendo referencia a un tipo de conga, la que es la más grave y posee el cuerpo más ancho de toda la familia. Al ritmo de la percusión, se danza, se silba, se canta, se armoniza… Pura energía cargada de buenas vibraciones en consonancia con un mensaje comprometido con los derechos y libertades, con la integridad y respeto que merecen especialmente las mujeres, con la paz como único lenguaje posible y todo ello en una propuesta elegante y dinámica con raíces en lo popular y lo más enérgico de nuestro folclore.