La operación de contar es tan antigua como la aparición de la especie humana. Contando con los dedos de la mano o haciendo marcas sobre una roca, los números naturales 1, 2 3 y todos los demás eran ya conocidos hace miles de años. A lo largo de los siglos los seres humanos han ido incorporando otros números: negativos, fraccionarios, irracionales,... pero los números imaginarios son una creación muy reciente. La historia se inicia en el siglo XVI cuando varios matemáticos del Norte de Italia elaboran fórmulas para resolver las ecuaciones de tercer grado y encuentran algunos resultados desconcertantes, imposibles de interpretar con los números existentes. Proponen alternativas creativas y novedosas que encuentran resistencia en la comunidad de matemáticos. Pero no es sino hasta inicios del siglo XIX, gracias a una una propuesta de visualización geométrica, que los números complejos e imaginarios son aceptados. A partir de entonces, vienen siendo utilizados profusamente tanto en las matemáticas como en la física.