Cuando vayas a la casa de Dios, refrena tus pasos. En vez de acercarte para ofrecer sacrificios de gente necia, que no sabe que hace mal, acércate para oír. Eclesiastés 5:1
Oír la Palabra de Dios, creerla y obedecerla, siempre será lo más importante en cuanto a nuestra adoración y relación con el Señor. Pasa tiempo en Su presencia, medita en Su Palabra, guárdala en tu corazón, de tal manera que los dichos de tu boca y la meditación de tus pensamientos sean agradables a Dios.