“Que el Señor lleve sus corazones a amar como Dios ama y a perseverar como Cristo perseveró” 2Tesalonicenses 3:5
La perseverancia es esperar en Dios apropiando Su gracia a nuestras dificultades y mantenernos creyendo que Él es fiel a Sus promesas.
La perseverancia es la esencia de la madurez; si no puedes perseverar, no madurarás.