Somos atormentados a diario por pensamientos de soledad, tristeza, desolación, fracaso e imposibilidad, por ello es necesario recordar que Dios jamás aparta su mirada de nosotros y que es el primero en extender su Mano derecha de poder cuando uno de sus hijos está en momentos de dificultad. En este día no dudes, los ojos de nuestro Señor están presentes a cada instante de tu vida y su brazo no se ha cortado para bendecirte.