Nabucodonosor se enfureció al ver su desobediencia. A veces, cuando elegimos honrar a Dios, el mundo responde con amenazas, rechazo o presión. Este episodio te invita a recordar que nuestra fuerza no viene del entorno, sino de la convicción que Dios pone en nuestro corazón. Permanecer firmes es un acto de adoración.