El mito de Perseo y las Gorgonas simboliza el enfrentamiento con las emociones reprimidas y destructivas acumuladas en el inconsciente. Es necesario saber cómo abordarlas y transformarlas para lograr un mayor grado de autoconocimiento y desarrollo personal.
Desde la perspectiva de la psicología profunda, Perseo es el Yo -héroe o heroína- que debe liberarse de la influencia paralizante de la madre devoradora, simbolizada por Medusa y las Gorgonas. Cortar la cabeza de Medusa representa liberarse de miedos y apegos, facilitando la creatividad, la fuerza y la autonomía personal. Y para conseguirlo, Perseo utiliza herramientas proporcionadas por los dioses, que simbolizan el pensamiento reflexivo, la agilidad mental y el dominio emocional.
Perseo acepta el desafío de cortar la cabeza de Medusa, propuesto por Polidectes, rey de Sérifos, que acosaba a su madre Dánae. Inicia su aventura obteniendo los tesoros divinos necesarios para enfrentar las Gorgonas.
En su origen Medusa, al igual que las otras Gorgonas, era sacerdotisa en el templo de Atenea y su función era proteger, mostrando un aspecto positivo de lo femenino. Pero fue violada por Poseidón, por lo que Atenea, con una actitud excesivamente patriarcal, la transformó en un monstruo terrible, con serpientes en lugar de cabello y mirada petrificante.
La Medusa que llevamos en el interior es el miedo y la rabia, debida a todas las heridas injustas recibidas. Es necesaria una actitud de apertura mental, como la espada de Perseo guiada por Atenea, para reconocer, aceptar y digerir nuestras actitudes inmaduras y negadoras de la realidad. De ahí brota la inspiración, la creatividad y la capacidad de superar límites -Pegaso y Criasor saliendo de Medusa-, para conseguir un mayor nivel de conciencia y de comprensión.
El mito de Perseo y Medusa puede verse como una metáfora de la confrontación y la integración de la sombra, superando miedos y apegos, para lograr más autonomía y poder personal.