Sumérgete en tu mundo interior con este trance para transformar la ira. La ira es una emoción que surge del instinto de supervivencia, por lo que es una fuente de energía para la acción y el enfrentamiento, para conseguir objetivos, establecer límites, y defender nuestra identidad y nuestros valores.
Cuando la ira no se puede controlar o cuando se reprime, es una señal de que algo en nuestra vida necesita atención. Si se reprime, afecta al sistema nervioso vegetativo, produciendo síntomas (tensión, bloqueos neuromusculares, trastornos digestivos, depresión). Si no se controla, puede limitar la capacidad cognitiva, ofuscar la percepción de la realidad, alterar el sistema nervioso y afectar a las relaciones interpersonales.
Si no se gestiona adecuadamente, la ira se va acumulando en forma de frustración y resentimiento, con una tendencia a enfadarse, por lo que el mundo se convierte en un lugar hostil e incómodo. Como expresaba Rumi en un poema: “La ira me consume como una hoguera, quema todo lo que encuentra en su camino. Pero si me detengo y respiro profundamente, puedo encontrar la calma en medio del desastre.”
Para transformarla es necesario reconocerla, respirar y tomar distancia. Con el trance puedes aprender a canalizarla, en forma de comunicación asertiva, o mediante actividad física (deporte, artes marciales, yoga, meditación) o actividades creativas.
Cuando podemos canalizar adecuadamente la ira, somos más eficaces, nos sentimos más fuertes y nos concentramos con mayor facilidad en objetivos concretos. Reafirma las cualidades del arquetipo del guerrero: determinación, disciplina, resistencia y coraje.