La Historicidad y Autoridad del Antiguo TestamentoIntroducción: Un Choque de Paradigmas
- Metodología Crítico-Histórica: Aborda la Escritura como una "literatura nacional" y una "antología de libros" compuesta tardíamente, con "dudosa fiabilidad histórica". Este enfoque se basa en "presuposiciones filosóficas naturalistas que descartan a priori la posibilidad de la revelación profética y la intervención divina en la historia". Sus conclusiones, por lo tanto, no son el resultado de una evaluación neutral, sino de sus propios axiomas. Esta perspectiva tiende a considerar los relatos patriarcales como "memoria popular" o "ficciones deliberadas", y la monarquía unida como una "exageración" que "prácticamente no dejó huella".
- Perspectiva Bíblica y Confesional: Acepta el testimonio de la Escritura sobre sí misma, considerándola un "registro histórico fiable, divinamente inspirado y autoritativo". Este informe defiende esta postura, argumentando que las tesis de la crítica moderna (como la datación tardía del Pentateuco y Daniel, la naturaleza mítica de los patriarcas y el éxodo, y la supuesta insignificancia de la monarquía unida) son "insostenibles cuando se examina la totalidad de la evidencia sin un sesgo anti-sobrenatural".
El documento busca demostrar la fiabilidad del Antiguo Testamento basándose en "la evidencia interna de la Escritura, la corroboración externa de la arqueología y la historiografía, y una hermenéutica exegética rigurosa".
El escepticismo moderno hacia la historicidad de los primeros libros de la Biblia es cuestionado, argumentando que los relatos bíblicos están "firmemente arraigados en la realidad histórica del antiguo Cercano Oriente".
Aunque la arqueología no puede "probar" la existencia individual de figuras como Abraham, Isaac o Jacob, sí "puede confirmar que el trasfondo cultural descrito en el Génesis es auténtico para ese período".
- Nombres y Costumbres: Los nombres de los patriarcas son "consistentes con los nombres semíticos occidentales comunes en el segundo milenio a.C., pero no en períodos posteriores". Las costumbres sociales y legales del Génesis, como las leyes de herencia y prácticas matrimoniales, tienen "paralelos notables en textos extrabíblicos de la misma época, como los de Nuzi y Mari". Por ejemplo, la venta de la primogenitura por Esaú o la adopción de un siervo por un Abraham sin hijos son "prácticas bien documentadas en ese contexto cultural específico".
- Rutas de Viaje y Precios: Las rutas patriarcales desde Mesopotamia a Egipto "corresponden a las rutas comerciales establecidas de la Edad del Bronce Medio". Incluso detalles económicos, como el precio de José como esclavo (veinte siclos de plata), "coinciden con precisión con las tablas de precios conocidas del siglo XVIII a.C.". Estos "detalles incidentales son una marca de autenticidad histórica, no de ficción tardía".
Se enfatiza que la crítica moderna ha abandonado esta línea de evidencia no por refutación, sino por cambios en sus presuposiciones, pero la convergencia de estos datos sigue siendo un "poderoso testimonio de la historicidad fundamental de la era patriarcal".
La veracidad de las narrativas del Éxodo y la Conquista de Canaán es apoyada por evidencia interna y externa.
- Nombres y Contexto Egipcio: Nombres asociados con el éxodo, incluyendo Moisés, son de "origen inequívocamente egipcio", lo que "preserva una memoria auténtica de un período de estancia israelita en Egipto".
- Evidencia Arqueológica de la Conquista: Contrario a la afirmación de que "no hay pruebas de una destrucción generalizada", la arqueología ha ofrecido "corroboración significativa en sitios clave":
- Jericó: Se han encontrado "muros de adobe derrumbados hacia afuera, formando una rampa, y una gruesa capa de ceniza que indica una destrucción por fuego, exactamente como se describe en Josué 6".
- Hazor: Se desenterró una "masiva ciudad cananea de la Edad del Bronce Tardío que fue violentamente destruida, en consonancia con el relato de Josué 11:10-11".